Devocional

Desenredando Estrellas

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Según Peniel estuve unos 45 minutos desenredando estrellas; pero antes de completar esa historia, quisiera darle la bienvenida a todas las que se han unido a Mujer Balanceada en estos últimos meses, es bueno saber que no estamos solas en nuestra batalla de darle a Dios el primado en nuestra vida. Los pasados meses han sido todo un enredo para nuestra familia; Son muchos los escritos a medias en la bandeja de borradores, que pronto serán publicados y describirán un poco de lo que ha estado sucediendo durante este tiempo, pero ahora volvamos a las estrellas.

La próxima semana celebraremos en la iglesia, la Escuela Bíblica de Vacaciones por lo que estoy en medio de los preparativos; hace unos días recibí un mensaje de que otra iglesia nos había donado decoraciones. Aquellas que han participado en este proyecto saben, que tal donación es una gran ayuda y oportunidad que no se debe dejar pasar. Al ver las cajas unas estrellas plateadas llamaron mi atención y las tome sin pensarlo dos veces.

Mientras me organizaba y soñaba donde colocaría mis estrellas plateadas, me di cuenta de lo enredada que estaban; lo cual pueden observar en la foto. Así que decidí comenzar la tarea de desenredar estrellas, luego de 5 minutos sin ningún avance, Peniel me ofrece su ayuda con total seguridad de que él puede resolver la situación que enfrentamos. Y por alguna razón le permití hacerlo, lo que obviamente no aportó mucho. Proseguí a intentarlo una vez más; en un breve momento pensé buscar la tijera y resolver el problema de la forma más fácil. Fue entonces cuando Dios interrumpió mi proyecto.

Al detenerme y mirar esas estrellas una vez más, vi reflejadas en ellas el enredo que ha sido mi vida en estos meses: cajas aún llenas después de tres meses de mudarnos, horas de trabajo voluntario en la escuela, múltiples actividades en la iglesia, citas, tareas pendientes, trabajos sin terminar y … mejor dejo de nombrar. Así está mi vida, un enredo en el cual tratando de aflojar un área otra se trastocaba; mientras celebraba completar una tarea, surgían otras aún más complicadas. Mientras observaba el enredo de mi vida reflejado en estas estrellas, pude comprender que Dios no ha buscado una forma ligera de terminar conmigo.

Recordé las palabras de aliento que le dijo Jesús a sus discípulos: “¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo el Padre. Y hasta los cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. Así que no teman; ustedes valen más que muchos pajarillos.” (Mateo 10:29-30) Ahí con las estrellas en mis manos; dejé de preocuparme por el enredo de mi vida, porque sé está en las manos de Dios y él conoce como desenredarla en el momento necesario.

¿Te has sentido así? Probablemente tus estrellas llevan otro nombre; pero has visto cómo se enredan y como se mezclan las cosas y no tienes ni idea de cómo resolverlas todas de la mejor manera posible. Quizás como yo has buscado soluciones en Pinterest, en Facebook o en personas que terminan enredado más los asuntos; y solo logras frustarte más con todo lo que esta sucediendo. Te ánimo a que descanses en esta Verdad, Dios conoce cada uno de los cabellos de nuestra cabeza, nuestros problemas o situaciones complicadas no le son desconocidos, ni insignificantes, si Él cuida de las aves, cuidará también de nosotras. 

Luego de reflexionar en esto por unos minutos, retome mis llamativas estrellas y continúe la tarea de desenredarlas. En esta ocasión logré completar la tarea; y al verlas allí listas para brillar una vez más. Descanse no tan sólo en una pequeña tarea completada, sino de la ansiedad de querer resolver todo a mi manera y descanse en la seguridad del cuidado de Dios en mi vida. Es mi oración que el Señor nos ayude a correr primero a Él con la confianza de que Él conoce cada uno de tus cabellos y de tus estrellas.

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