Devocional Despierta Alma Mía

Despierta Alma Mía: Semana 14 (Salmos 66 al 70)

Salmos 66 al 70
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Salmo 66: Himnos a Dios por su poderosa liberación

Comenzamos esta semana, con un salmo que nos invita a recordar las bendiciones y el cuidado que Dios ha tenido para nosotras. Exhortándonos a que mientras recordamos lo que Dios ha hecho por nosotras, nuestras bocas se deben abrir a expresar alabanzas a nuestro Dios.

Al recordar lo que Dios hizo por su pueblo Israel y lo que ha hecho por nosotras por medio de Jesús y en nuestro diario vivir, las acciones que menciona el salmista deben ser parte de nuestro día: aclamen, canten, venga y vean, admiren, bendigan, ofrenden, oigan, son las exhortaciones que recibimos.

La semana está solo comenzando y no sé cómo ha arrancado tu día, pero usualmente los lunes tienden a ser un poco atropellados; y en días así el versículo 20 me llena de paz: “Bendito sea Dios, Que no ha desechado mi oración, Ni apartado de mí Su misericordia.” Me recuerda que Dios siempre escucha mi oración, aunque me parezca que no; y que su misericordia aún está sobre mí. En los días atropellados o en aquellos que no tenemos fuerzas, permitamos que esta verdad reajuste nuestra perspectiva y continuemos bendiciendo el nombre de nuestro Señor.

Pensemos…

Haz una lista de aquellas cosas que Dios ha hecho por ti, comenzando por su perdón y salvación, mantenla en un lugar visible y se intencional en cantar, admirar y bendecir el nombre de Dios.

Oremos …

Señor, por nuestras propias fuerzas no podemos bendecirte sin importar nuestras condiciones; te necesitamos para ver y recordar lo que has hecho por nosotras y para que podamos bendecir tu nombre en todo tiempo.

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Salmo 67: Den Gracias a Dios las Naciones

¿Te has hecho una pregunta con mucha incertidumbre para contestarte la misma unos pocos segundos después? Así veo este salmo, el salmista comienza clamando: ”Dios tenga piedad y nos bendiga.” Para luego unos versículos más tarde reafirmar: “Dios nos bendice.” Así mismo nos debe suceder a nosotras cuando nos cuestionamos si tenemos o si recibiremos el cuidado o el amor de Dios en nuestras vidas. Es normal que nos cuestionemos tales cosas, pero debemos llegar rápidamente a la respuesta de que ya hemos sido bendecidas.

En su carta a los Efesios, Pablo comienza afirmando esta verdad: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.” Por gracia tenemos la bendición de Dios, no hemos hecho nada para merecerlo, sin embargo, en Cristo nos ha bendecido, con todo.

Esto no significa que tendremos todo lo que deseamos, sino que tenemos todo lo que necesitamos para poder tener una relación con Dios. Pidámosle a Dios que nos ayude a ver cómo nos ha bendecido para que podamos dar a conocer esta verdad a otros. Si entiendes todo lo que implica esa bendición, regocíjate. Si no puedes ver aun esa bendición, pídele a Dios que abra tus ojos; y él te la mostrará.

Pensemos…

¿Entiendes la bendición que Dios ya te ha dado en Cristo? ¿Te lleva esto a vivir en agradecimiento? ¿Compartes con otros la bendición que Dios te ha dado?

Oremos …

Señor, abre nuestros ojos para que podamos ver cómo nos has bendecido en Cristo y que este sea nuestro mayor gozo y que esta verdad llene nuestra boca con canciones de alabanza.

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Salmo 68: El Dios del Sinaí y del Santuario

Después de leer cuidadosamente este salmo; ¿Te puedes identificar con algunos de los grupos que se presentan? Por ejemplo, los justos, alegres, huérfanos, mujeres, viudas, solitarios, cautivos, rebeldes, etc. Mientras nos mudábamos a Colorado Springs, recuerdo que me sentía desamparada; me sentía sola. Cuando tenía una necesidad personal o para mi familia, no sabía dónde buscar ayuda, no conocía la ciudad y no tenía ni idea de donde conseguir ciertas cosas. Comparado con como resolvía las situaciones en Puerto Rico, acá todo se me hacía complicado.

Pero Dios hizo conmigo, como dice el versículo 6: me hizo habitar en familia (Reina Valera 1960) o me preparo un nuevo hogar (NBLH). Principalmente por medio de la Iglesia y otras personas que pasaron a ser parte de nuestra rutina familiar, Dios comenzó a mostrar su cuidado para con nosotros. De esa forma comenzamos a conocer nuestra nueva ciudad y casi tres años después me ha dado la oportunidad de ayudar a otros a hacer de este su hogar, de ser su familia.

Mientras lees este Salmo recuerda aquellas ocasiones en las que el Señor te ha guardado y como tu imagen de Él ha crecido por medio de esas situaciones, únete al Salmista y levanta un canto de alabanza.

Pensemos…

¿Cómo puedes usar lo que Dios ha hecho por ti en tus momentos difíciles para servir a otros?

Oremos …

Oh Dios, sabemos que tú eres nuestra fuerza y que tienes todo el poder; permítenos ver como en medio de nuestras dificultades o nuestro tiempo de prosperidad, tú estás ahí y como usas a tu pueblo para cuidarnos y que seamos también de cuidado para otros.

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Salmo 69: Oración del Justo Perseguido

Como les he compartido antes, una de las cosas que más me impacta de los salmos es su transparencia y su cruda realidad; y este salmo es un ejemplo claro de ambas características. El clamor del salmista en los primeros cuatro versículos me lleva a recordar las ocasiones en la que he estado de igual forma, o quizás describe donde estás ahora mismo: con las aguas que nos han llegado hasta el alma. La angustia, la desesperación, el estrés, la persecución, la aflicción son inevitables en nuestra vida. Estas cosas llegan a nosotros, ya sea como consecuencia de nuestras acciones o por la maldad en otros.

El salmista nos recuerda que aquellos que hemos puesto nuestra fe en Jesús tenemos una seguridad, que ninguna otra cosa o persona en esta tierra nos puedes ofrecer. Si hemos puesto nuestra confianza en Jesús, tenemos un lugar al que mirar, tenemos una esperanza en nuestra aflicción. El Señor escucha nuestra oración, nos guarda, nos protege y contesta nuestras necesidades según su voluntad. (v. 13) No olvidemos que tenemos un refugio en Dios; y no olvidemos compartir esa esperanza con otros tanto en momentos de triunfo y en tiempos de necesidad.

Pensemos…

¿Podemos ver a Dios como nuestro refugio aún en los momentos que sentimos desfallecer? ¿Oramos con la transparencia y la confianza de que Dios nos escucha y que responderá nuestra oración?

Oremos …

Señor, en más de las ocasiones que quisiéramos nos hemos cansado de llorar y la inseguridad nos rodea de tal manera que pareciera que vamos a desfallecer; ayúdanos a no olvidar tu misericordia y tu salvación y aún en los tiempos más difíciles que esperemos en ti.

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Salmo 70: Oración en la Persecución

Dicen los comentaristas que este salmo es una continuación del salmo 69, por lo que podemos aprender de este va de la mano con el anterior; veamos el principio que nos recuerdan estos cinco versículos. Mientras mayor sea nuestra necesidad o dificultad, debemos ser más prontos en buscar a Dios en oración. Las dificultades que enfrentamos tienden a desenfocarnos del poder y la obra de Dios en nuestras vidas y en las de los demás.

Sin embargo, mientras más conocemos a Dios nos damos cuenta de que, aunque no veamos su trabajo de forma visible, Él es la única fuente de ayuda real que tenemos; Él es la única respuesta a nuestras necesidades. Nuestras pruebas nos deben hacer reconocer que nuestra mayor necesidad es Dios, y deben tornarnos hacia él. Por ejemplo, un mejor trabajo, una vivienda más grande, un carro más nuevo o una nueva relación no van a satisfacer nuestra mayor necesidad de perdón y salvación; esto solo proviene de nuestra relación con el Señor.

Pensemos…

¿Puedes identificar ocasiones en las que pensaste, cuando logre x o y cosa todo se solucionará? Si lograste alcanzar esas cosas, ¿cuán duradera fue la solución? ¿Nuestros problemas, nos vuelven a Dios?

Oremos …

Señor, ayúdanos a ver tu ayuda y la libertad que nos das. Señor, aunque nos parezca que te tardas, que cada día podamos poner nuestra confianza en ti y que descansemos en tu cuidado. Engrandecido seas oh Dios.

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A menos que se indique lo contrario, citamos la Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy. En ocasiones haremos referencia a un comentario por W. S. Plumer titulado Psalms publicado por The Banner of Truth Trust en 2016

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