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10 formas Prácticas de Cómo la Iglesia Puede Servir a Niños y Jóvenes con Autismo

iglesia sirviendo a jovenes con autismo

Como creyente, esposa de pastor, maestra de niños y jóvenes; y madre de un joven con autismo, te comparto 10 formas prácticas en las que tu iglesia puede servir a niños y jóvenes con autismo. 

El autismo es un trastorno, que cada año afecta más y más familias; las cuales tiene que ajustarse a una nueva normalidad, que en muchos casos es aislante, y es aquí donde la Iglesia tiene la oportunidad de ser un pilar fuerte en la vida de aquellos que viven con autismo y sus familias.

En este artículo, veremos varias maneras en las que la Iglesia como cuerpo de Cristo puede servir a estas familias, reconociendo sus necesidades y adaptando algunas de sus prácticas para que estos puedan integrarse a la comunidad de fe local. 

Mientras avanzamos, me gustaría que pidieras al Señor, te dirija en cómo tú en tu rol dentro de tu iglesia local, puedes utilizar estas ideas. Además de cómo comunicarlas a tu liderazgo para el beneficio de las familias que ya asisten a tu congregación o las que estén por visitar.

Entendiendo el autismo

Antes de continuar, tomemos un minuto para comprender un poco mejor lo que es el autismo y cómo puede afectar al individuo y a sus familias; incluyendo la integración a una comunidad de fe, así podremos comprender mejor las ideas. 

El autismo es un trastorno del desarrollo que afecta la forma en que una persona se comunica y se relaciona con los demás. Se caracteriza por dificultades en la comunicación social, patrones de comportamiento repetitivos y una gama de intereses limitados. 

Es importante comprender que el autismo es un espectro, lo que significa que afecta a las personas de diferentes maneras y en diferentes grados; por lo que los desafíos específicos de cada familia pueden ser muy diferentes.

Como este es un espectro, podremos ver retrasos en algunas áreas y al mismo tiempo talentos extremos en otras. De la misma manera, enfrentarán desafíos en distintas áreas de la interacción social. 

La Iglesia tiene la oportunidad de educarse y comprender mejor el autismo para poder ofrecer las ayudas y el apoyo que tanto los individuos y las familias necesitan. Mientras avanzamos en esa educación, ayudamos a concientizar sobre la condición y darle una bienvenida cálida en nuestras congregaciones a estas familias. 

sirviendo a familias con necesdidades especiales
10 formas Prácticas de Cómo la Iglesia Puede Servir a Niños y Jóvenes con Autismo 4

La importancia de servir a las familias con necesidades especiales

Así como nos esforzamos para atender las necesidades de una persona sin hogar, viudas, ancianos, huérfanos, etc. nos debemos esforzar por servir a las familias que viven con autismo u otras necesidades especiales. 

Debemos pensar en que estas familias se encontrarán en distintas temporadas de su crecimiento espiritual y de su aventura con el autismo. Algunas familias necesitarán más ayudas para procesar tanto los cambios, sus emociones y su crisis de fe. Otras podrán necesitar dirección para incluso obtener un diagnóstico, servicios, entre otras.

Con esto lo que quiero decir es que, aunque te compartiré maneras prácticas de servir, lo más importante es fortalecer la fe de esta familia y como nos exhorta Pablo: “Gócense con los que se gozan y lloren con los que lloran.” Romanos 12:15

La meta es que la familia completa pueda congregarse, escuchar el evangelio, llegar al arrepentimiento y crecer en su caminar de fe. ¡Comencemos!

Si deseas más ideas de cómo servir de manera personal, te invito a leer: Sirviendo a una familia con necesidades especiales.

10 formas Prácticas de Cómo la Iglesia Puede Servir a Niños y Jóvenes con Autismo

Educar y capacitar al personal y voluntarios de la iglesia

La educación y capacitación del personal y voluntarios de la iglesia son fundamentales para crear un ambiente cómodo para los individuos con autismo y sus familias. Es importante que todos comprendan lo que es el autismo, cómo afecta a las personas y cómo pueden apoyar a aquellos que viven con esta condición.

Se puede ofrecer capacitaciones sobre el autismo, por profesionales en el área o basados en una investigación de fuentes confiables. Estos talleres pueden abordar temas como la comunicación efectiva con personas con autismo, estrategias de manejo del comportamiento y adaptación de actividades, entre otras. 

Comienza buscando en tu congregación personas si hay algún terapista del habla, terapista ocupacional, maestros, o psicólogos que trabajen con individuos con autismo. Incluso padres miembros de la congregación que puedan estar dispuestos a compartir lo que han aprendido.

Fomenta una cultura amigable y dispuesta a aprender

Una parte de mí, piensa que esta sección no debería ser parte de este escrito, pero como la iglesia está compuesta por pecadores en diferentes áreas de su crecimiento y santificación, aquí va. Debemos fomentar una cultura amigable que esté dispuesta a aprender y recibir a estas familias. 

La misma falta de conocimiento, nos puede llevar a juzgar de manera equivocada a un niño/joven o a su familia debido a las conductas que observamos. El autismo, a diferencia de otras condiciones, no tiene un aspecto físico que podamos relacionar, no hay sillas de ruedas, y aunque algunos, como mi hijo, utilizan aparatos para comunicarse, mucha gente piensa que son simplemente un electrónico de juegos.

Debemos evitar comentarios fuera de lugar, como: qué niño malcriado o esos padres no educan a su hijo. Hay una diferencia bien marcada entre lo que es una pataleta y lo que es una sobre estimulación sensorial. Estar dispuestos a ayudar, si no sabes cómo hacerlo, comienza simplemente ofreciendo, en lugar de juzgar a la familia; puede ser la diferencia entre que la familia regrese a visitar la iglesia o no.  

Conoce a las familias de forma individual

Creo que ya he mencionado en varias ocasiones que cada niño o joven con autismo es único y tiene necesidades individuales. Por lo que es sumamente importante que aunque obtengamos un conocimiento general de la condición; conozcamos al individuo de forma más profunda. 

Si has conocido otros individuos con autismo, no caigas en el error común, de decir: “fulanito tiene autismo y le gusta esto o no le gusta aquello y eso le aplica a todos.” Algunos pueden tener dificultades para participar en actividades grupales, seguir instrucciones verbales o adaptarse a entornos ruidosos, cada necesidad determinará cómo puedes ajustar la clase de escuela bíblica, tratar a la familia, etc. 

Necesitamos hacer nuestra parte para conocer esas necesidades y tienes dos maneras para hacerlas, observar y preguntar. Haz preguntas con respeto y con la intención de conocer a las familias, hazle saber a los padres tu rol dentro de la iglesia y que deseas conocerlos mejor para poder servirles. 

Con esa actitud estaremos, nosotros como padres estaremos más dispuestos y seguros al contestarlas, aunque la experiencia de visitar la iglesia no sea perfecta, saber que nuestros hermanos o posible familia en la fe está dispuesta a esforzarse por conocernos nos hace mucho bien. 

Ser un recurso de apoyo y comunidad

Las familias de niños y jóvenes con autismo a menudo enfrentan desafíos únicos, que fácilmente pueden llevarles a sentirse aisladas. Dichas necesidades, les impiden integrarse a las actividades de la iglesia. No demos por sentado que la familia no quiere relacionarse con los demás o que no necesita la comunidad. 

Por años, la única manera en la que podía compartir con los hermanos de la iglesia, era en mi hogar, pues mi hijo rompía todo lo que agarraba en sus manos. Si visitaba a alguna familia, así iba la visita mi esposo y yo tomando turnos para poder conversar, mientras que el otro estaba en otro cuarto tratando de prevenir que artículos terminarán rotos y la visita casi siempre terminaba de forma abrupta por una sobre estimulación sensorial y nosotros exhaustos. 

Si algunos hermanos pueden visitarlos en casa y conocer cómo les pueden servir, quizás estés pensando en grandes formas de servir; pero a veces son las más pequeñas las que nos ayudan a seguir en esta aventura. Para nosotros que somos cuidadores 24/7, que alguien nos ofrezca supervisión a nuestros hijos en lo que tomamos una ducha, no tiene precio.

En una temporada en la que mi hijo no quería ver la pasta dental en el baño y cada vez que entraba la tiraba a la basura, la clase dominical de mujeres, nos regaló MUCHA pasta dental, después de escuchar, lo frustrante que era darnos cuenta a la hora de dormir que otra vez había desaparecido y no quedaban más.

Además, la Iglesia puede proporcionar recursos útiles, como libros, artículos y enlaces a organizaciones que se especializan en el autismo. Estos recursos pueden ayudar a las familias a comprender mejor el autismo y encontrar estrategias efectivas para apoyar a sus seres queridos.

Estén atentos a los desafíos que estas familias enfrentan y ponerse a la disposición de aportar, aunque sea un grano de arena, o un paquete de pasta dental.    

Planifica con ellos en mente

De acuerdo al tamaño y los recursos de la Iglesia se puede crear programas y actividades especiales diseñados específicamente para niños y jóvenes con autismo. Estos programas pueden incluir sesiones de enseñanza adaptadas, actividades sensoriales y oportunidades para la interacción social estructurada.

Aunque esto sería como un ideal, esto no siempre será posible, sin embargo, tenemos otras opciones que podemos aplicar. Por ejemplo, si sabemos que el ruido les incomoda, o que el individuo necesita caminar y moverse, podemos reservar unas sillas en las que la familia se sienta más cómoda, que no afecta a otros, pero sigue estando integrada al servicio. 

Considerar excepciones, por ejemplo, mi hijo está motivado por la comida y si tiene hambre es mucho más difícil manejarlo; la excepción de tener meriendas simples en el santuario nos han ayudado mucho. Con esto va el tener meriendas disponibles y ofrecerlas cuando sea necesario. Lo mismo puede pasar con electrónicos, juegos silenciosos, etc. 

Te podría ofrecer muchos más ejemplos, pero en conclusión, si tu iglesia tiene esta necesidad, dentro de tus roles al planificar o al participar de una actividad, veamos cómo podemos hacer ajustes en nuestra planificación para que toda la familia pueda participar de la comunión los unos con los otros. 

Provee asistencia directa

Hay personas con quienes el niño/joven tendrá una mejor relación y esto puede ser un adulto o un par, de acuerdo a las necesidades y actividades, se puede proveer asistencia directa al individuo. Esto no tiene que ser muy complicado, quizás el individuo solo necesite que alguien se siente a su lado o que le repita instrucciones de forma más lenta. 

Usualmente, cuando llegamos a esta área, pensamos en los voluntarios que sirven dentro del ministerio de enseñanza; pero ofrecer ayuda directa lo puede hacer cualquier miembro de la iglesia que esté dispuesto a aprender, servir y ganarse la confianza de la familia. 

Si la familia desea integrarse a servir en ministerios de la iglesia, es probable que necesiten ayuda directa con supervisión. Por ejemplo, participó en la alabanza y por mucho tiempo necesité ayuda de otro adulto, para que simplemente mi hijo se sentará a su lado, si tenía a una persona cerca se quedaba en su lugar, si no se levantaba para irse.

Al observar y conocer las necesidades podemos hacer llamados personales a individuos o en las reuniones adecuadas para reclutar esa ayuda directa. Te recuerdo la meta es que la familia que nos visita pueda crecer en su conocimiento de Dios y si son creyentes que se puedan unir a las actividades de su comunidad de fe. 

Utiliza los recursos en la comunidad local

Si no cuentan con muchos recursos en la congregación, la Iglesia puede comenzar su labor de apoyo a los niños y jóvenes con autismo, aliándose con organizaciones y profesionales que se especializan en este trastorno. Estos expertos pueden proporcionar orientación y conocimientos e incluso ofrecer más detalles sobre otros servicios disponibles en la comunidad. 

Además, pueden ofrecer capacitación al personal y a los voluntarios de la Iglesia, brindándoles las herramientas necesarias para comprender y atender las necesidades específicas de aquellos con autismo.

Crear un banco variado de recursos en su comunidad puede ser una forma sencilla, con la que servir a las familias con algún miembro con autismo. Ofrecer orientación, sobre dónde recibir servicios o ayuda, puede ayudar, puede ser lo que una familia nueva al diagnóstico más necesite en ese momento. 

Dirigir al individuo con autismo y su familia a la verdad bíblica

Aunque es cierto que la sobre estimulación sensorial, no se resuelve al citar un versículo bíblico; como todos pasando por cualquier tipo de dificultad, también nosotros necesitamos recordar la verdad bíblica. Ser intencional en guardar a la familia mientras procesan el duelo que acompaña al diagnóstico por medio de la oración y recordatorios, sobre la soberanía de Dios es esencial. 

Ayudar a procesar, el hecho de que el diagnóstico no es consecuencia de nuestra falta de fe, sino que es parte de vivir en un mundo caído; pero que permanece bajo el gobierno de Dios, es lo más que necesitamos. De acuerdo a la madurez de la familia, dirigirlos en esta verdad se verá diferente; pero veremos cómo la Palabra de Dios da fruto en medio de ellos. 

Si necesitas un recurso, te compartimos este devocional, que hemos desarrollado para madres de niños con autismo, para que lo compartas con ellas.

Vista Previa del devocional Esperanza Renovadaa

Cuida de la familia en casa y de sus hermanos

Algunas familias optan porque un miembro de la familia asista a la iglesia siempre o toman turnos; si este es el caso en tu congregación recuerda cuidar de la familia que se queda en casa y de comprender por qué lo hacen. 

He escuchado a muchas personas malinterpretar o juzgar porque mi esposo es el que asiste a ciertas actividades, mientras yo me quedo en casa con nuestro hijo. Hemos mencionado el aislamiento que experimentamos y decisiones como esta son por el bienestar nuestro hijo, nuestra paz mental y que al menos algunos puedan disfrutar de la actividad. 

Además, quiero llamar tu atención a las necesidades de los hermanos del individuo, no nos enfoquemos solamente en las necesidades especiales, sino también miremos la necesidad de “normalidad” del resto de la familia. Cuando una pareja de adultos llevó a mis otros dos hijos al zoológico o a comer helados, durante una temporada en la que salir con los tres me era imposible, fue muy valioso. 

Compartiendo historias que puedan inspirar

Poner a la familia en contacto, ya sea en persona o utilizando otros medios como las redes sociales, con otras familias cristianas en distintas etapas de la aventura de vivir con autismo, les puede ser de mucho beneficio. Ya que podrán ser mejor comprendidos, animados e inspirados en su trayectoria. 

Si en la congregación hay varias familias, se puede considerar ofrecer un grupo de apoyo e incluso un grupo de estudio bíblico, puesto que se podrán ayudar los unos a los otros a aplicar las verdades de la Palabra. 

Conclusión

Te he compartido muchísima información, te animó a que tomes medidas y escojas una de estas formas prácticas de servir a familias con niños o jóvenes con autismo y comiences a hacer la diferencia.

Espero que nuestra experiencia sea de ayuda para que podamos servir a esta población que crece cada día más.

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