Devocional Despierta Alma Mía

Despierta Alma Mía: Semana 23 (Salmos 111 al 115)

Salmos 111 al 115
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Salmo 111: Las Obras Redentoras del Señor

¿Puedes ver todas las descripciones de Dios en este salmo? Una de las que más sobresale es su fidelidad en cumplir sus promesas. Demos gracias junto al salmista por la fidelidad del Señor en dar a conocer su verdad y su justicia. El viernes mencionamos que Dios había prometido un hijo (Jesús) que vencería al enemigo. Podemos ver otro recordatorio de que esa promesa está por cumplirse en le versículo 9: “Él ha enviado redención a su pueblo.” (Lucas 1:68)

Además de exaltar la grandeza de Dios, este salmo nos da una exhortación: “el principio de la sabiduría es el temor del Señor.” El mismo versículo 10 nos dice que esa sabiduría es para aquellos que practican los mandamientos del Señor; Jesús resumió esos mandamientos en Mateo 22:37-39 amarás al Señor con TODO y tu prójimo como a ti mismo. Diría que siguiendo esta línea recibimos sabiduría mientras vivimos menos para nosotras y más para Dios. Nuestra motivación para vivir de esta manera debe ser que hemos recibido redención, perdón por nuestros pecados y una nueva esperanza

Pensemos…

¿Vivimos diariamente con esos mandamientos en mente? ¿Es el Señor lo más importante en nuestra vida? ¿Nuestras decisiones y acciones van en acuerdo con la verdad de Dios? ¿Deseamos para otros todo lo que anhelamos para nosotras? ¿Estamos dispuestas a cambiar nuestras prioridades?

Oremos…

Señor, asómbranos cada día más para que podamos ponerte a ti primero en nuestras vidas. Que mientras lo hacemos veamos a otros como iguales y les mostremos el amor y la gracia que tú nos has mostrado a nosotras.

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Salmo 112: Prosperidad del que teme al Señor

En los últimos salmos hemos estado hablando de los enemigos del Señor, de nuestro mayor enemigo, el pecado y de cómo serán vencidos. En el Salmo anterior recordamos el principio de la sabiduría (el temor al Señor), hoy vemos como vivir en los mandamientos del Señor son de bendición para nuestra vida y nuestra familia. No sé qué sea aquello que más anheles, pero yo he encontrado en este salmo el versículo al que correré durante este nuevo año. “No temerá recibir malas noticias; su corazón está firme, confiado en el Señor. Su corazón está seguro, no temerá.” (v. 7)

El salmista no nos está diciendo que cualquier persona recibe esta seguridad, esta seguridad y confianza proviene cuando vivimos (o al menos lo intentamos con un corazón sincero) bajo los mandamientos y el temor del Señor. Malas noticias, cambios de planes, estrés, ansiedad, necesidades no dejaran de ser; pero como manejemos cada situación dependerá de cuan cerca y confiados estemos en Dios.

Pensemos…

¿Has contemplado o experimentado la realidad de que mientras obedeces a Dios, tu corazón se llena de confianza? ¿Recuerdas alguna ocasión en las que has puesto a otros primero y has sido bendecida o fortalecida mientras cuidas de otros?

Oremos…

Señor, queremos vivir en confianza y rendidas a tu voluntad; reconocemos que nos cuesta dejar a un lado nuestras preocupaciones y nuestro dolor; para cuidar de otros y servirte sin medidas. Fortalécenos para obedecerte y que mientras nos rendimos a ti nuestro corazón sea fortalecido.

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Salmo 113: El Señor Exalta la Humilde

¡Alabemos al Señor! Una vez más el salmista nos lleva recordar lo grande y exaltado que es Dios, y podría parecer repetitivo; pero la realidad es que a diario necesitamos recordar cuan glorioso es nuestro Dios. Para entonces recordar lo maravilloso que ha sido su salvación y su gracia para con nosotras. Nos dice que Dios puede cambiar las circunstancias del ser humano, ya sea sacándolo de la pobreza o dándole hijos a la mujer estéril. Ciertamente, Dios puede literalmente hacer ambas cosas, y son de regocijo para el individuo y todos los que los rodean.

Pensemos también en las implicaciones espirituales de esto. Dios toma al pobre en espíritu al que está a punto de la muerte y le da vida eterna. Así mismo, a las que hemos sido estériles espiritualmente, nos hace saludables y nos hace fructificar. Nos hace habitar en casa, con una familia extendida que cuida de nosotras y a quienes proveerles cuidado. Nos da el privilegio de ser madres y hermanas espirituales para guiar a otras a conocer la Gracia y la Verdad de Dios por medio de Jesús y el Evangelio. ¡Que privilegio! No nos queda más que responder en adoración: ¡Aleluya!

Pensemos…

¿Has recibido esa vida eterna? ¿La has comenzado a disfrutar de este lado de la eternidad? ¿Reconoces el privilegio de ser madre espiritual? ¿Estás cuidando de otras mujeres como a tú, hijas y hermanas?

Oremos…

No podemos callar tu grandeza, tu misericordia al salvarnos y darnos la oportunidad de vivir para ti. Abre nuestros ojos para ver donde podemos servirte, cuidando a otros y llamando a otros a la vida que solo tú puedes dar.

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Salmo 114: Los Prodigios de Dios en el Éxodo

Esta semana hemos reflexionado a cerca de la grandeza de Dios y de las bendiciones que recibimos mientras le servimos. Sin embargo, tenemos que admitir que mientras pasa el día y nos enfrentamos a todos los afanes que vienen con ellos, nuestro pensamiento se nubla y opaca la grandeza de Dios. Dios no deja de ser majestuoso; Él no deja de ser. El Salmo de hoy nos recuerda que Dios es mucho más grande aún de lo que imaginamos.

Tiembla, oh tierra, ante la presencia del Señor. (v. 7) La creación no deja de estremecerse y de reconocer la grande de su creador, ¿Por qué deberíamos nosotras dejarnos distraer de la grandeza de Dios? Seamos intencionales en reconocer la grandeza de Dios y en “temblar” ante esa realidad. Que nuestras vidas no sean las mismas, mientras conocemos más a Dios. Acerquémonos confiadamente a la presencia del Señor, pero sin olvidar la reverencia que requiere su santidad, esto nos recuerda el salmo de hoy.

Pensemos…

¿Te estremeces cuando reconoces la grandeza de Dios? ¿Qué puedes hacer para intencionalmente recordarte la grandeza de Dios?

Oremos…

Señor, interrumpe nuestro diario, nuestras tareas, nuestro dolor para que podamos recordarnos de lo maravilloso que eres, de la que has hecho por nosotros y que seamos estremecidos y cambiados por ti.

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Salmo 115: Contraste entre los Ídolos y el Señor

Hemos estado estudiando lo que es el temor al Señor, y que no olvidemos la reverencia que debemos tener al acercarnos a él. Este salmo nos recuerda las bendiciones y el cuidado que el Señor tiene por nosotros su pueblo. Me gusta mucho el versículo 1: “No a nosotros, Señor, no a nosotros, Sino a Tu nombre da gloria, Por Tu misericordia, por Tu fidelidad.”

Nos recuerda que cuando experimentemos el cuidado y la provisión de Dios, no debemos pensar que es el resultado de algo que hayamos hecho nosotros, sino por Su misericordia y Su fidelidad. Si pensamos en las muchas veces que fallamos a nuestra palabra, podremos entender mejor cuan grandiosa es la fidelidad de Dios. Descansemos en su cuidado y no dejemos de glorificar Su nombre.

Oremos…

Grande es tu fidelidad y tu misericordia, mientras te conocemos más guíanos a servirte y darte la Gloria en todo lo que hagamos. No nos permitas conformarnos con lo que has hecho hasta ahora en nosotras; y que podamos reconocerte en todos nuestros caminos.

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A menos que se indique lo contrario, citamos la Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy. En ocasiones haremos referencia a un comentario por W. S. Plumer titulado Psalms publicado por The Banner of Truth Trust en 2016

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