Maternidad

Tomados de la mano: viendo el cuidado de Dios

tomados de la mano

Hace tres años nuestra familia comenzó un recorrido por la Aventura más impactante que hemos vivido: Una Aventura Azul y no hemos dejado de experimentar el cuidado de Dios.

Se aproxima el mes de abril, en el cual se intensifican los esfuerzos por promover la concientización sobre el Autismo.

A pesar de que este diagnóstico es aplicado a cada vez más niños, la mayoría de las personas no entienden lo que implica para el niño y su familia.

Por esta razón he decidido escribir esta serie de artículos para aportar mi grano de arena en estos esfuerzos de educar y recordarnos del cuidado de Dios.

Para comenzar quisiera dirigirme a los familiares más cercanos, probablemente se vean reflejados en alguna de las líneas que están a continuación y mi intención es que puedan apreciar todo lo que hacen juntos, aun en los momentos más tristes.

Somos el soporte, el apoyo, la motivación del aventurero en nuestra vida. Y somos los primeros que debemos reconocer lo mucho que logramos a diario, lo que para otros quizás sea insignificante.  

Nuestro aventurero es Jonatán Caleb, quien ya cumplió sus 5 años. Hoy, mientras cruzábamos la calle, me di cuenta de cuantas veces al día le digo: «I need your hand.»

Me di cuenta de cuantas veces sin pedírselo, él extiende su mano, pues sabe que encontrará la mía. Tu aventurero también recurre a ti, de una manera u otra, pues sabe que siempre estarás ahí.

Sin embargo, yo siempre estoy contigo; Tú me has tomado de la mano derecha. Con Tu consejo me guiarás, Y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos, sino a Ti? Fuera de Ti, nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, Pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.

Salmo 73: 23-26

Tomados de la mano, el cuidado de Dios

Tomados de la mano, caminamos hacia el auto.

Tomados de la mano, buscamos consuelo sin dejar de llorar.

Tomados de la mano, te dirijo al baño y entras a la ducha.

Tomados de la mano, me pides algo de comer.

Tomados de la mano, elevamos una oración.

Tomados de la mano, subes al autobús.

Tomados de la mano, permanecemos minutos sentados.

Tomados de la mano, compartimos un café.

Tomados de la mano, observas las cosas que yo no puedo ver.

Tomados de la mano, sonríes mientras canto a nuestro Dios.

Tomados de la mano, entramos a cada centro de terapia.

Tomados de la mano, desciframos llantos.

Tomados de la mano, reímos sin razón.

Tomados de la mano, aprendemos a escribir.

Tomados de la mano, escuchamos a papá leer la Biblia.

Tomados de la mano, corremos y giramos.

Tomados de la mano, te cepillo los dientes.

Tomados de la mano, nos amamos.

Tomados de la mano, nos regalamos una sonrisa.

Tomados de la mano, caminamos en seguridad en nuestra aventura.

Pues no tan solo nos llevamos el uno al otro de la mano, sino que Dios nos guía en nuestra aventura diaria, tomados de su mano.

Descansa tú también

La lista podría ser más extensa, pero está es suficiente para recordar todos los momentos que vivimos juntos. Y aunque hay días que no sabemos qué pasará, tomados de la mano de Dios, sabemos que todo estará bien. Descansemos en el cuidado de Dios como lo hizo el salmista:

2 Comments

Comparte tu opinión

Skip to content